Si se dice la palabra Cántaro (que también puede ser cántara) una multiplicidad de imágenes se nos aparece ante los ojos, vasijas, metal, hierro, barro, lluvias, leche, sed y lo que calma la sed. La boca se nos llena, se vacía y vamos, otra vez, a la fuente. Si el Cántaro es de letras que se brinda a compartir sin compartimentos estancos, sino a través de trayectos donde podemos tomar y retomar (aguas, letras, frases, sumergirnos para escudriñar y salir a flote), se trata, entonces de una experiencia -artística y educativa- que es una poética (es decir, una política surgida de sortear prejuicios, de un hacer que transforma y distribuye en ese tejido social de creer en otros como activos, curiosos).
Desenredar, “desmalezar” dice Laura Szwarc que nos entrega una batería de conceptos teórico-prácticos para que cada uno en su singularidad como colectivamente pueda hacer su propio/nuevo trayecto e incorporar lecturas-escrituras: re-Crear. Trasmisiones a Cántaro de letras, en el tiempo que cada uno considere preciso (precioso) a la música de su deseo.
Reseñas
Revista Littera. Junio 2021.
Revista El travía. Julio 2021.