La coreografía invita a preguntarnos por situaciones en la diversidad de los cuerpos y el fulgor que producen algunos movimientos. Si bien el arte plantea la diversidad, se generan en esta propuesta nuevas fisuras que resignifican los modelos. En escena una intérprete nos desvela su intimidad.
Esta obra se inicia como proyecto de investigación dispuesto a elaborar, a partir de partituras coreográficas, el marco de unas prácticas de extensión de movimientos corporales teniendo en cuenta los cuerpos con sus prótesis, con sus recursos auxiliares (bastones, andadores, fajas, y muchos otros que no se ven a simple vista), así como también sistematizar estas experiencias, específicamente en la relación que se puede o no establecer con el público.
Utilizamos aquí, a modo de ejemplo, un discurso auxiliar, la ficción: en la novela “La historia del amor” de Nicole Krauss se cuenta sobre “La edad del silencio” donde “nada tenía de primitivo aquel lenguaje que brotaba de las manos, nada de los que ahora decimos se dejaba de decir entonces: tal es la infinita variedad de figuras que pueden formarse con los finos huesos de los dedos y las muñecas y con las prótesis”.
Deseamos reflexionar, también, sobre la compleja realidad cultural-sociopolítica siendo el punto de partida las corporalidades diversas; consideramos que cada gesto implica una mínima coreografía.
La exploración de la obra constituye un nuevo intento de capturar los fulgores del movimiento.
Ficha artística:
Intérprete: Patricia Espinosa
Puesta en escena e Iluminación: Marco Brunatto D´Amico
Diseño sonoro, fotografía y vídeo: Beto Bet
Producción: Akántaros
Dirección y coreografía: Laura Szwarc
Públicos: Público adulto
Duración: 50 minutos