En el cuerpo social está tu cuerpo, mi cuerpo. Podría no importarnos ese otro que sería el mundo, el todos, podríamos encogernos de hombros. Si hacemos ese gesto muchas veces, si nos miramos en el espejo o si alguien nos espía viéndonos hacer “así”: una vez, dos, mil veces, tal vez encontrara algo hermoso. Una danza. Buscaría darle un significado, no sólo ese que hace al encogimiento de hombros. Que hace a otro decirnos: no me hagas ese gesto, no me digas que no te importa. O decímelo en palabras. Entonces si no me hablás, me enojo (¿te comieron la lengua los ratones?) pero si no me saludás con el cuerpo, si no me das la mano o un beso o dos o hasta tres, puedo, también enojarme.
Ofendida yo, el cuerpo se ofende y te mira de mal modo. Otras veces, si alguien te mira fuerte, te puede dar el mal de ojo. Hablamos con el cuerpo que nos habla.
Pero a veces, el cuerpo no nos obedece. Y unas cosas van para aquí y otras para allá. ¿Puro desorden?
Ficha artística
Creación: Laura Szwarc
Espacio escénico e iluminación: Marco Brunatto D´Amico
Espacio sonoro: Shanti
Producción: Akántaros
Duración: 50 minutos.
Públicos: adulto